domingo, 2 de febrero de 2014

Conclusiones Taller: “¿Conoces las claves para atraer y fidelizar a voluntarios?” organizado por la FEAM



 Equipo AdARQUA





En una asociación, como en tantos otros escenarios, las cosas no siempre salen como uno espera. A veces superan con creces sus expectativas, otras las cubren y algunas ni eso. Si en todos los casos es importante reflexionar sobre el por qué, en el último más todavía. A nosotros nos gusta entonces partir de una idea: que la “culpa” es nuestra. Y nos gusta porque eso significa que está en nuestra mano mejorar o enfocarlo de un modo distinto. Que tenemos la capacidad de cambiar las cosas.  Y, dado que esa es una de las razones que nos hacen levantarnos cada mañana con una sonrisa, nos venimos arriba. Incluso cuando se trata de ver qué no hemos hecho bien o qué podemos hacer mejor. Crear, organizar, mantener una asociación es una carrera de fondo. Y no está libre de obstáculos.

En muchos casos, uno de los obstáculos es encontrar voluntarios, personas que dediquen su tiempo, esfuerzo y conocimientos a una causa noble sin recibir remuneración. A veces el problema no es tanto encontrar gente dispuesta sino que tenga los conocimientos o destrezas necesarios para desempeñar una tarea determinada. Otras, el problema es el tiempo. Si bien es cierto que quien busca, encuentra, no todo el mundo tiene la misma capacidad ni la misma flexibilidad en su horario. No es fácil, como se puede ver.

Los voluntarios tienen una serie de deberes fruto de su compromiso, pero también derechos: la asociación tiene la obligación de contratar un seguro para sus voluntarios y además debe ayudarlos a integrarse y facilitarles la formación necesaria. Es un camino de doble dirección. Y a veces, como bien explicaba Vicente Baeza, de la  Plataforma del Voluntariado de España, defraudar a un voluntario no sólo significa  perderlo para tu causa sino además, para cualquier otra. La mala gestión de una asociación puede hacer que una o varias personas, desencantadas, dejen de poner su granito de arena a hacer un mundo mejor. No deja de ser una responsabilidad.

Por eso nos parece que el taller que organizó la FEAM el 18 de enero era muy importante. Porque las asociaciones no siempre sabemos; no siempre nos formamos o nos informamos como deberíamos para gestionar el voluntariado. No hablamos ya de captar al voluntario sino de mantenerlo, integrarlo en nuestra asociación y que crezca con nosotros, mientras nosotros crecemos con él o ella.

¿Para qué nos sirvió el taller? Para empezar nos permitió una autoevaluación. Si bien hay aspectos en los que sacamos buena nota, a otros llegamos más justitos. Saberlo nos permitirá mejorar. Pudimos hablar con miembros de otras asociaciones y comparar experiencias; fue muy interesante comprobar que tenemos preocupaciones similares y otras diferentes por completo; contrastar iniciativas, soluciones y proyectos. Vimos, también, que algunas de nuestras estrategias eran diferentes y funcionaban, lo que nos anima a profundizar en ellas. Es decir, fue un punto de partida interesante para mirar nuestra experiencia (que aún no llega a un año) con ojos críticos y dibujar líneas de actuación. El hecho de poder hablar con profesionales dedicados a este campo durante años fue también muy productivo. Una de nuestras conclusiones, por ejemplo, es que vamos a modificar nuestra página Web. Creemos que no ofrecemos información lo bastante detallada sobre lo que supone ser voluntario. Una de las cosas que podemos mejorar.

Nosotros fuimos invitados con el fin de que compartiéramos nuestra experiencia. No es frecuente que las asociaciones de amigos cuenten con un porcentaje tan alto de voluntarios jóvenes como la nuestra. Somos muy afortunados. Es habitual escuchar que los jóvenes no se implican, no participan, no están motivados. Y nosotros siempre damos la misma respuesta: que no es verdad. Y es un placer mirar al futuro con esa frase prendida en los labios. No es verdad que no se impliquen, no es verdad que no luchen, no es verdad que no se preocupen. Llegar a los jóvenes, que al fin y al cabo heredarán la tarea de proteger el patrimonio (la historia y la memoria), es uno de nuestros objetivos; y aún nos queda mucho por andar. Pero tenemos la certeza de que está en nuestra mano encontrar el camino. Que responden cuando llegamos a ellos es algo que hemos tenido el placer de comprobar.

Queremos agradecerles a todos nuestros voluntarios, ya no solamente jóvenes, su trabajo y su apoyo. Porque sin su ilusión, su frescura, su experiencia, sus conocimientos, su tiempo, su habilidad, su creatividad, su compromiso, sus ideas, sus contactos y su amistad este proyecto llamado AdARQUA no tendría sentido. Esperamos estar a la altura y no defraudaros.

Sólo hay dos pegas que podamos poner al taller sobre voluntariado que hizo la FEAM: que se nos quedó corto (suele pasar cuando uno disfruta y aprende) y que echamos de menos a muchas asociaciones de amigos. Os animamos a asistir la próxima vez. Porque es una responsabilidad trabajar con voluntarios y siempre hay cosas que aprender.

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